Listín Diario 16/09/2011.-
En 1979 los hombres y mujeres que combatieron con las armas al somocismo, iniciaron desde el poder una serie de reformas políticas y sociales que en principio contó con el respaldo de amplios sectores de la sociedad que veían en la denominada Revolución Sandinista, la construcción de una democracia participativa e incluyente, pero que a medida que se fue consolidando y mostrando su independencia respecto a los tradicionales grupos económicos nacionales y extranjeros, comenzó a sufrir los embates de fuerzas que se organizaron con el financiamiento de éstos, para desestabilizarla.
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En 1979 los hombres y mujeres que combatieron con las armas al somocismo, iniciaron desde el poder una serie de reformas políticas y sociales que en principio contó con el respaldo de amplios sectores de la sociedad que veían en la denominada Revolución Sandinista, la construcción de una democracia participativa e incluyente, pero que a medida que se fue consolidando y mostrando su independencia respecto a los tradicionales grupos económicos nacionales y extranjeros, comenzó a sufrir los embates de fuerzas que se organizaron con el financiamiento de éstos, para desestabilizarla.
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Así surgen las llamadas fuerzas contrarrevolucionarias que encontraron en el propio sandinismo parte de los hombres que la condujeron. Edén Pastora, que saltó a la opinión pública por su participación en una de las escaramuzas militares sandinistas de mayor alcance mediático, surgió como una figura que pretendió aglutinar el descontento, que no sólo agitaban y estimulaban sectores económicos y políticos, sino religiosos, todos bajo las orientaciones del gobierno estadounidense que encabezaba el presidente Ronald Reagan, que además les suministró dinero, armas y todo tipo de pertrechos militares que se combinaban con tecnología y asistencia en inteligencia.
Las fuerzas que enfrentaron al gobierno del FSLN, se les llamó “Los Contras”, y como dijo, al cumplir 3 años la Revolución Sandinista Max Nolff, un economista chileno que trabajó para la CEPAL, en un trabajo que tituló La vía crucis de la revolución sandinista: “La administración de Reagan ha alentado los esfuerzos para desquiciar la economía nicaragüense. Quiere seguir el ejemplo de Nixon y Kissinger cuando desestabilizaron la economía chilena después del triunfo del presidente Salvador Allende en las elecciones de 1970. Tres años de agresión económica desembocaron en un cruento golpe de Estado, con pérdidas de miles de vida y atropellos a los derechos humanos en el país”.
En todo el proceso que vivió Nicaragua, desde la guerra civil hasta la victoria de “Los Muchachos”, como solían llamarles a los revolucionarios, estuvo presente la parte caliente de la Guerra Fría, que terminó con el triunfo de Occidente y arrastró hacia el colapso a la mayoría de los países que, como el centroamericano, se protegían bajo la sombrilla de una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, que de la mano de Mijail Gorbachov sucumbió en el intento de renovar el sistema para hacerlo competitivo y transparente a través de la Perestroika y la Glasnost.
Así como el derrumbe de bloque socialista liderado por la URSS, sorprendió al mundo, aunque ya Juan Bosch en una serie de artículos publicados en Vanguardia del Pueblo, semanario del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, lo insinuó, la derrota electoral del FSLN en 1990 asombró incluso a Violeta Chamorro y la UNO, que ganaron las elecciones ese año.
Las fuerzas que enfrentaron al gobierno del FSLN, se les llamó “Los Contras”, y como dijo, al cumplir 3 años la Revolución Sandinista Max Nolff, un economista chileno que trabajó para la CEPAL, en un trabajo que tituló La vía crucis de la revolución sandinista: “La administración de Reagan ha alentado los esfuerzos para desquiciar la economía nicaragüense. Quiere seguir el ejemplo de Nixon y Kissinger cuando desestabilizaron la economía chilena después del triunfo del presidente Salvador Allende en las elecciones de 1970. Tres años de agresión económica desembocaron en un cruento golpe de Estado, con pérdidas de miles de vida y atropellos a los derechos humanos en el país”.
En todo el proceso que vivió Nicaragua, desde la guerra civil hasta la victoria de “Los Muchachos”, como solían llamarles a los revolucionarios, estuvo presente la parte caliente de la Guerra Fría, que terminó con el triunfo de Occidente y arrastró hacia el colapso a la mayoría de los países que, como el centroamericano, se protegían bajo la sombrilla de una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, que de la mano de Mijail Gorbachov sucumbió en el intento de renovar el sistema para hacerlo competitivo y transparente a través de la Perestroika y la Glasnost.
Así como el derrumbe de bloque socialista liderado por la URSS, sorprendió al mundo, aunque ya Juan Bosch en una serie de artículos publicados en Vanguardia del Pueblo, semanario del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, lo insinuó, la derrota electoral del FSLN en 1990 asombró incluso a Violeta Chamorro y la UNO, que ganaron las elecciones ese año.
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