La Directiva de Retorno

Por Manolo Pichardo

Las medidas adoptadas por el Parlamento Europeo en torno al tema migratorio y el empleo, buscan hacer a la región más competitiva como se discutió en Lisboa. La Directiva de Retorno, por razones obvias, ha generado crispación en este lado del mundo, pues, la criminalización de la migración indocumentada en territorio de los 27 tendrá su impacto negativo en América Latina. Pero, aunque no se piense lo podría tener en la propia Europa, porque resulta que los inmigrantes se han constituido en una fuerza determinante para el crecimiento de la Unión, al punto que, en la última década, tiempo en que se incrementó la presencia de extranjeros, se produjo un crecimiento de 4.5% del PIB. Algunos estiman que sin el aporte productivo de los inmigrantes el crecimiento no hubiera alcanzado el 2%. Este impulso económico trajo consigo ofertas de plazas de trabajo a favor de los nativos. Partiendo de esta realidad me asalta el temor de que los líderes de la región estén cometiendo el mismo error que los españoles durante los siglos XV y XVI cuando este país expulsó a judíos y árabes, que para entonces eran artesanos y mercaderes; la fuerza que impulsaba el desarrollo del capitalismo. Éstos fabricaban y mercadeaban los instrumentos que se necesitaban en la época para desarrollar la economía y, España, que para entonces era el imperio más poderoso del mundo, pasó a ser la nación más podre debido a que todo el oro y las riquezas sacadas de América iban a parar a manos de Holanda, Francia, Alemania y otros países que contaban con los individuos que necesitaba el capitalismo para su desarrollo. En lo relativo a las medidas que flexibiliza el empleo para que, con menos beneficios económicos y más horas en las fábrica, los trabajadores preserven los empleos que se van a China, pienso que son un complemento a la Directiva de Retorno. Y no se trata de una novedad, ya los alemanes lo hicieron cuando arribaron a un pacto trabajadores, empleadores y gobierno para disminuir los beneficios económicos de los primeros e impedir que las fábricas se siguieran trasladando a la tierra de Mao y Deng .