sábado, 7 de mayo de 2011

Resistencia política

Por Federico Henríquez Gratereaux

Hoy 06/05/2011.-
Muchos políticos dominicanos han abandonado los partidos donde militaban por “tener dificultades” para ser nominados candidatos presidenciales. Ese fue el caso de Francisco Augusto Lora, quien fundó el MIDA, grupo político con el que suponía podría enfrentar a Balaguer. Lora no tuvo oportunidad de ver crecer su facción.
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Ocurrió lo mismo con Fernando Álvarez Bogaert; salió del Partido Reformista para trabajar con sus adversarios tradicionales. Hatuey de Camps dejó el PRD y estableció su propia organización política. Ninguno de estos dirigentes logró un “desarrollo separado”. Como es evidente, Danilo Medina ha procedido contra esa “tradición infecunda”.
Medina optó por “hacer de tripas corazón” y quedarse dentro del partido en el cual había militado siempre, donde estaban sus amigos de toda la vida. Sufrir, aguantar, resistir, es mérito político de primer rango. La resistencia pasiva de Mahatma Gandhi es el modelo extremo; pero hizo el camino para quebrar el poder de los ingleses en la India. Danilo prefirió remar sobre una canoa en el Canal de la Mona.
Así como se habla de “los 12 años” de Balaguer “en el poder, es posible que después se mencionen los doce años de “Medina sin poder”. Todas sus declaraciones de candidato perdedor fueron prudentes, diplomáticas, exentas de pomposos efectismos.
En este momento, cuando ya se sabe que el Presidente Fernández no será candidato, Medina lanza una campaña moderada y, a la vez, proactiva: “continuar lo que está bien; corregir lo que está mal; hacer lo que nunca se hizo”. También esto contrasta con las prácticas políticas habituales del país. Medina no se siente “un primer hombre”, un Adán administrativo que inaugura la nación. Nada de eso; encuentra disposiciones previas que están bien; otras que están mal y problemas a los cuales nunca se ha intentado buscar soluciones.
No puedo saber con certeza si Medina ayudó o no al PLD a ganar el predominio de las cámaras legislativas en las elecciones congresales y municipales. Desde fuera, dio la impresión de que trabajaba para su partido, a pesar de las diferencias con el Presidente de la República. En la RD las desavenencias políticas suelen terminar en “fraccionamientos”. Danilo ha preferido que “no se rompa la baraja”. Creo que actuó correctamente.

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