Listín Diario 30/09/2011.-
Gobernar a uno de los países más pobre del hemisferio requiere de esfuerzos extraordinarios, de un plan a largo plazo que sea confiable y propuesto por una administración con credibilidad, capaz de convencer a nacionales y extranjeros de la viabilidad de éste y que congregue a la sociedad, a los sectores productivos y a los inversionistas a empujar hacia los objetivos definidos en un marco de gobernabilidad y respeto al estado de derecho.
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El proceso hacia la institucionalización de Nicaragua, de afianzamiento de la democracia ha sido tortuoso, difícil; pero el gobierno de Daniel Ortega, a su ritmo y estilo, en medio de turbulencias políticas, económicas e incluso naturales, va avanzando por el camino correcto, según lo manifestado por algunas misiones del Fondo Monetario Internacional, FMI, y otras instituciones que avalan con estadísticas, el lento pero sostenido progreso del país centroamericano en su lucha contra la pobreza.
Humberto Arbulú, jefe de misión del organismo internacional mencionado, en su visita en 2008 a Nicaragua, a un año de retorno del sandinismo, reconoció los éxitos que en materia de política económica había alcanzado el gobierno; años después, en 2010, para ser específico, esta misma entidad expresó, a través de su enviado, Gastón Gelós, satisfacción por la recuperación de la economía del país, luego de ser impactada por la crisis financiera internacional que impulsó los altos precios de la energía, las materias primas y las fuertes lluvias que inundaron los campos creando serios problemas a la agricultura.
Desde 2007 se han incrementado las exportaciones de azúcar, de productos derivados del ganado bovino, del café, de los granos y productos mineros con el oro. Y el desempleo, que en el 2005 alcanzaba la cifra de 35,7 por ciento, se colocó al 2010 en un 28,3, para una reducción de un 7,4 por ciento, según un estudio del Instituto Nicaragüense de Información para el Desarrollo (INIDI).
Es probable que estos números tengan relación con el plan de alfabetización Yo Sí Puedo, que permitió a la UNESCO declarar a la nación istmeña en 2009 como el tercer país de América Latina, libre de analfabetos; que tengan relación con otros programas sociales como Hambre Cero, Plan Techo, y el llamada Bono Solidario para beneficiar a trabajadores, jubilados, amas de casa y menores de edad.
En su lento progreso Nicaragua logró, con la ayuda de Venezuela y Cuba, terminar con la crisis energética que provocaba hasta 16 horas de apagones diarios. Y, como para mostrar lo saludable de su economía, exhibe un crecimiento moderado acompañado de estabilidad monetaria y un incremento de las reservas internacionales. Queda, sin embargo, mucho camino por recorrer.
El proceso hacia la institucionalización de Nicaragua, de afianzamiento de la democracia ha sido tortuoso, difícil; pero el gobierno de Daniel Ortega, a su ritmo y estilo, en medio de turbulencias políticas, económicas e incluso naturales, va avanzando por el camino correcto, según lo manifestado por algunas misiones del Fondo Monetario Internacional, FMI, y otras instituciones que avalan con estadísticas, el lento pero sostenido progreso del país centroamericano en su lucha contra la pobreza.
Humberto Arbulú, jefe de misión del organismo internacional mencionado, en su visita en 2008 a Nicaragua, a un año de retorno del sandinismo, reconoció los éxitos que en materia de política económica había alcanzado el gobierno; años después, en 2010, para ser específico, esta misma entidad expresó, a través de su enviado, Gastón Gelós, satisfacción por la recuperación de la economía del país, luego de ser impactada por la crisis financiera internacional que impulsó los altos precios de la energía, las materias primas y las fuertes lluvias que inundaron los campos creando serios problemas a la agricultura.
Desde 2007 se han incrementado las exportaciones de azúcar, de productos derivados del ganado bovino, del café, de los granos y productos mineros con el oro. Y el desempleo, que en el 2005 alcanzaba la cifra de 35,7 por ciento, se colocó al 2010 en un 28,3, para una reducción de un 7,4 por ciento, según un estudio del Instituto Nicaragüense de Información para el Desarrollo (INIDI).
Es probable que estos números tengan relación con el plan de alfabetización Yo Sí Puedo, que permitió a la UNESCO declarar a la nación istmeña en 2009 como el tercer país de América Latina, libre de analfabetos; que tengan relación con otros programas sociales como Hambre Cero, Plan Techo, y el llamada Bono Solidario para beneficiar a trabajadores, jubilados, amas de casa y menores de edad.
En su lento progreso Nicaragua logró, con la ayuda de Venezuela y Cuba, terminar con la crisis energética que provocaba hasta 16 horas de apagones diarios. Y, como para mostrar lo saludable de su economía, exhibe un crecimiento moderado acompañado de estabilidad monetaria y un incremento de las reservas internacionales. Queda, sin embargo, mucho camino por recorrer.
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