Listín Diario 21/08/2009.- El robo de energía no es un mal exclusivo de la República Dominicana, otros países en vías de desarrollo lo han padecido, sólo que, conscientes de su gravedad lo han enfrentado a pesar del costo político, pues han colocado por encima del interés partidario coyuntural, el colectivo y nacional, en el entendido de que a la larga, lo que parece un capital intangible para las organizaciones políticas que lo impulsan, se convertiría en ahorro electoral para tiempos de vacas flacas.
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Hace 7 años la empresa generadora de electricidad Dheli Power Ltd. instalada en la India sólo cobraba el 50 por ciento de la energía servida, números que redujo a un 15 por ciento gracias a una agresiva política de denuncias, sanciones y recompensas para los denunciantes, según reveló Jackie Range en un artículo publicado en The Wall Street Journal Americas el pasado domingo 16. Los “ladrones” no eran pobres solamente, según cuenta el articulista, sino que ricos y empresarios participaban (y aún participan) de la deshonrosa práctica porque para ellos, igual que para nosotros, servirse la electricidad sin pagarla es concebido como normal, situación que impide la inversión nacional y extranjera para aumentar la generación de electricidad.
La voluntad política se ha diluido en las prácticas clientelistas amparadas en una mentalidad alimentada por el paternalismo estatal pues “muchos en la India consideran que la electricidad gratis es un derecho, algo que los políticos no han contrarrestado en su afán por conseguir votos”, afirma Range para luego citar a Vijay Kumar, un funcionario que trabaja con la Comisión Reguladora de Electricidad en la provincia de Andhra Predesh, quien dijo que “el principal problema en el arresto de los ladrones es la falta de voluntad política”, cuestión que me hace pensar que hindúes y dominicanos protagonizamos la misma historia. Lo extraño es que a pesar de todo, la India avanza en su transformación hacia una nación desarrollada y nosotros hemos ganado espacio contra la pobreza. De no padecer de este mal nuestros progresos fueran mayores.
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Hace 7 años la empresa generadora de electricidad Dheli Power Ltd. instalada en la India sólo cobraba el 50 por ciento de la energía servida, números que redujo a un 15 por ciento gracias a una agresiva política de denuncias, sanciones y recompensas para los denunciantes, según reveló Jackie Range en un artículo publicado en The Wall Street Journal Americas el pasado domingo 16. Los “ladrones” no eran pobres solamente, según cuenta el articulista, sino que ricos y empresarios participaban (y aún participan) de la deshonrosa práctica porque para ellos, igual que para nosotros, servirse la electricidad sin pagarla es concebido como normal, situación que impide la inversión nacional y extranjera para aumentar la generación de electricidad.
La voluntad política se ha diluido en las prácticas clientelistas amparadas en una mentalidad alimentada por el paternalismo estatal pues “muchos en la India consideran que la electricidad gratis es un derecho, algo que los políticos no han contrarrestado en su afán por conseguir votos”, afirma Range para luego citar a Vijay Kumar, un funcionario que trabaja con la Comisión Reguladora de Electricidad en la provincia de Andhra Predesh, quien dijo que “el principal problema en el arresto de los ladrones es la falta de voluntad política”, cuestión que me hace pensar que hindúes y dominicanos protagonizamos la misma historia. Lo extraño es que a pesar de todo, la India avanza en su transformación hacia una nación desarrollada y nosotros hemos ganado espacio contra la pobreza. De no padecer de este mal nuestros progresos fueran mayores.
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