07/08/2009.- Unas diez familias controlan la economía de Honduras y muchas de ellas están decididas a impedir a cualquier costo el regreso del depuesto presidente Manuel Zelaya.
Igual que en tantas naciones latinoamericanas, un grupo de banqueros, empresarios, dueños de hoteles y de los medios de prensa mantienen estrechos lazos políticos que les permiten conseguir concesiones del gobierno, exenciones impositivas y valiosa información.
Seguir Leyendo...
Son las fuerzas detrás del gobierno de facto de Roberto Micheletti y de su negativa a permitir el retorno de Zelaya.
Diplomáticos estadounidenses cortaron sus lazos formales con el gobierno de Micheletti pero se han entrevistado con miembros de la élite empresarial para hacerles presión y amenazarlos con sanciones económicas si no regresa Zelaya.
Hondureños ricos como Adolfo Facussé dicen que prefieren soportar sanciones económicas, huelgas y toques de queda a que Zelaya vuelva al poder.
Jaguar y todo-terreno“La actitud aquí es, ¿y qué?”, si ocurre todo eso, expresó Facussé en una entrevista en su casa, en la que había un Jaguar, dos vehículos todo-terreno y un guardia en el portón de ingreso.
“De todas maneras aquí va haber elecciones en noviembre”.
La familia de Facussé controla buena parte de la industria textil de Honduras.
El economista, educado en Estados Unidos, ha tenido siempre acceso al presidente y está acostumbrado a viajar con los líderes nacionales al exterior en busca de inversiones. Su primo Carlos Flores Facussé fue presidente entre 1998-2002.
Facussé sostuvo que la disputa actual no gira en torno a Zelaya, sino que se está tratando de preservar el capitalismo y de contener la influencia de Hugo Chávez en la región.
Irritación El apoyo que ha brindado el gobierno estadounidense de Barack Obama a Zelaya ha irritado y desconcertado a la élite hondureña, cuyos miembros a menudo dividen su tiempo entre los dos países, asisten a universidades estadounidenses, trabajan estrechamente con empresas norteamericanas y se van de compras a Miami.
Zelaya fue alguna vez parte de esa élite. Su padre es un hacendado con importantes inversiones en la industria maderera. Cuando se postuló a la presidencia, Zelaya rompió con su base natural y cortejó el apoyo de sindicatos, cooperativas y campesinos. Desde la presidencia se acercó a Chávez, molesto porque no recibía suficiente ayuda de Estados Unidos para sus programas sociales.
“Aquí no se ve como una lucha contra Mel Zelaya.
Mel Zelaya es uno de nosotros”, dijo Facussé, vestido con jeans. “Pero la gente piensa que es instrumento de Chávez y que la pelea es con Chávez”.
Igual que en tantas naciones latinoamericanas, un grupo de banqueros, empresarios, dueños de hoteles y de los medios de prensa mantienen estrechos lazos políticos que les permiten conseguir concesiones del gobierno, exenciones impositivas y valiosa información.
Seguir Leyendo...
Son las fuerzas detrás del gobierno de facto de Roberto Micheletti y de su negativa a permitir el retorno de Zelaya.
Diplomáticos estadounidenses cortaron sus lazos formales con el gobierno de Micheletti pero se han entrevistado con miembros de la élite empresarial para hacerles presión y amenazarlos con sanciones económicas si no regresa Zelaya.
Hondureños ricos como Adolfo Facussé dicen que prefieren soportar sanciones económicas, huelgas y toques de queda a que Zelaya vuelva al poder.
Jaguar y todo-terreno“La actitud aquí es, ¿y qué?”, si ocurre todo eso, expresó Facussé en una entrevista en su casa, en la que había un Jaguar, dos vehículos todo-terreno y un guardia en el portón de ingreso.
“De todas maneras aquí va haber elecciones en noviembre”.
La familia de Facussé controla buena parte de la industria textil de Honduras.
El economista, educado en Estados Unidos, ha tenido siempre acceso al presidente y está acostumbrado a viajar con los líderes nacionales al exterior en busca de inversiones. Su primo Carlos Flores Facussé fue presidente entre 1998-2002.
Facussé sostuvo que la disputa actual no gira en torno a Zelaya, sino que se está tratando de preservar el capitalismo y de contener la influencia de Hugo Chávez en la región.
Irritación El apoyo que ha brindado el gobierno estadounidense de Barack Obama a Zelaya ha irritado y desconcertado a la élite hondureña, cuyos miembros a menudo dividen su tiempo entre los dos países, asisten a universidades estadounidenses, trabajan estrechamente con empresas norteamericanas y se van de compras a Miami.
Zelaya fue alguna vez parte de esa élite. Su padre es un hacendado con importantes inversiones en la industria maderera. Cuando se postuló a la presidencia, Zelaya rompió con su base natural y cortejó el apoyo de sindicatos, cooperativas y campesinos. Desde la presidencia se acercó a Chávez, molesto porque no recibía suficiente ayuda de Estados Unidos para sus programas sociales.
“Aquí no se ve como una lucha contra Mel Zelaya.
Mel Zelaya es uno de nosotros”, dijo Facussé, vestido con jeans. “Pero la gente piensa que es instrumento de Chávez y que la pelea es con Chávez”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario