Por Manolo Pichardo
Magos en manipulación, los perredeístas, tomando de tontos a los dominicanos, burlándose de su inteligencia, enarbolan la bandera de la Constituyente para que el país se dé un nuevo contrato que norme la vida política y jurídica de la nación. No hay sonrojo, el olímpico descaro y desprecio por la memoria colectiva de los que habitamos en este trozo de tierra caribeño, les hace pensar que como titiriteros pueden ponernos a bailar al ritmo de sus intereses, tan variados y volátiles, como su deforme fisonomía programática e ideológica.
Desde el poder, con el control de todos los estamentos del Estado, la simpatía de la sociedad civil y los poderes fácticos, no fueron capaces de promover una constituyente que nos diera un contrato social moderno. Todo lo contrario, durante el período de gobierno que encabezó su último presidente, caracterizado por la arrogancia, convocaron una asamblea revisora, mediante todo tipo de trampas, sólo para reformar un artículo que le permitiera a Hipólito optar por un nuevo mandato presidencial. En ese momento los titiriteros tenían interés en que el pueblo bailara al ritmo de la chapucería que armó la Asamblea Revisora.
Ahora, después que el presidente Leonel Fernández creó una comisión encargada de redactar la nueva Carta Magna, la que recorrió todo el país en consultas para elaborar un documento de consenso, proponen una constituyente pensando que podrían ganar la mayoría para volver a sus acciones chapuceras y colocar sobre la Constitución la sombra del desordenado pensamiento que les agrupa en una compleja organización que lleva el caos a todo lo que toca. Nuestro Víctor Frankenstein no puede tener el control en la elaboración de la Constitución, porque el producto sería algo más desastroso que un cuerpo compuesto por parte de cadáveres diseccionados. Las consultas fueron productivas, por ello se cuenta con un proyecto de reforma integral que procura darnos una sociedad moderna, transparente y progresista. Aquí deben terminar los parches que respondan a intereses personales o grupales.
Publicado en el Listín Diario el sábado 27 de septiembre de 2008
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