Sentí al Poniente
arrastrar el día hacia la noche
sin renunciar a la luz
que buscan las almas escondidas
tras las costras que golpeó
el tiempo con sus puños
de odios y rencores
tras la piel envuelta en la lozanía
creada por la mesa preñada de dicha
por la casa conectada a los grifos
por los que fluyen
la plata y los libros
Él es la conexión
para llevar los sueños a la Luna
Y los transporta para que ella
proyecte en la noche
el espectáculo cinematográfico
que despierta nuestros miedos
que revela en lo soñado
nuestros sueños
que te enreda en el futuro
y el pasado montado en otros cuerpos
Empuja hacia las sombras
lo que no encaja en el bullicio diurno
y va a la talla de los silenciosos
pasos nocturnales
que agazapan algunas aventuras sórdidas
que desatan incruentas y prístinas batallas
carnales
envueltas en arcángeles
sin karmas ni estelas
que corrompan los irrepetible actos
con pasados ni futuros.
Manolo Pichardo
Julio 26 de 2009.-
viernes, 30 de julio de 2010
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