martes, 1 de diciembre de 2009

Lo que no se ha dicho del Parlacen

Por: Vinicio Cerezo Arévalo *
El Periódico de Guatemala 01/12/2009.-
Varias han sido las notas que hacen eco a la decisión del presidente Martinelli de retirar a Panamá del Parlamento Centroamericano, sin embargo, independientemente de la decisión del mandatario, hay información que el lector debe conocer para poder ser objetivo respecto a esta institución que pertenece al Sistema de Integración Centroamericana (Sica).
El Parlacen ha sido tachado de inoperante, pero es necesario reconocer que es la resistencia política para asignarle facultades vinculantes a efecto de que cumpla con su papel legislativo en el proceso de integración centroamericana, lo que al final limita su injerencia y se presta para malas interpretaciones.
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Se dice que el Parlacen es oneroso, pero no lo es, porque no representa más de un millón y medio de dólares al año por país. Si se compara esa cantidad con los efectos positivos que ha producido este nuevo proceso de integración, del cual el Parlacen es parte importante, al terminar con la guerra, crear condiciones políticas para el diálogo ideológico y para la estabilidad de América Central, una inversión de este tamaño se justifica totalmente en relación a las utilidades políticas y económicas del proceso. Por otro lado, históricamente el Parlamento demostró su eficiencia como órgano político al servicio de la finalización del conflicto ideológico y del fortalecimiento institucional del proceso de integración basado en los Acuerdos de Paz y en el Protocolo de Tegucigalpa, porque como ha puesto de manifiesto la Unión Europea, sin Parlamento no hay verdadera integración. Sin embargo, en el futuro, el Parlcen demostrará su eficiencia como órgano político legislativo cuando entre en vigor el acuerdo de los presidentes para darle facultades vinculantes que le permitan cumplir con su función legislativa.
La acusación de que el Parlamento es un refugio para proteger a dirigentes políticos o ex presidentes de actos ilegales cometidos en su función es igualmente falsa, acuñada por los enemigos del Parlacen; precisamente los juicios abiertos en contra de los ex presidentes Alemán y Portillo fueron posibles porque el Parlacen no dio, ni da, protección legal alguna más allá de la establecida en las leyes de cada país a los diputados en general. En todo caso lo que debe revisarse es la legislación nacional y no atacar a las instituciones.
En cuanto a la cantidad de diputados, por desconocimiento o por mala fe, se quiere desconocer que el Parlacen surge y se organiza como un senado para una federación o confederación de países y como en el caso del Senado de Estados Unidos o de otros países federados, se establece un número igual de diputados para cada país, lo cual parte del principio de igualdad de derechos entre iguales y, no se previó que otros países que ingresarían podrían tener un congreso local muy pequeño y, por lo tanto, no querer tener la misma cantidad de diputados por ser una cantidad que, comparándola con su propia Asamblea Legislativa, resultaba muy grande; lo que debe hacerse es adaptar el Parlacen a los requerimientos de los nuevos miembros y cambiar el sistema de votación, que precisamente es lo que se está haciendo según el Acuerdo de Presidentes de 2008, en el que se prevé que otros Estados del sistema puedan tener una menor cantidad de diputados.
Es difícil comprender cómo puede considerarse como fundamental la opinión de Costa Rica en temas de integración y del Parlacen, puesto que es el país más opuesto al proceso, no tiene ningún sentido en virtud de que históricamente, por lo menos, un sector político costarricense considera que no necesitan de ninguno de los países vecinos para establecer un desarrollo regional. En relación a Panamá, también es obvio que el planteamiento del presidente Martinelli está relacionado con un interés económico vinculado a la tradición comercial de Panamá, que está abierto a todas partes del mundo y no al mercado centroamericano como sucede con el resto de los países. De esta forma podría seguirse argumentando tanto a favor como en contra; en consecuencia, el Parlacen necesita una serie de reformas que deben hacerse adoptando una actitud positiva. Se requiere adecuar las legislaciones para que las instituciones funcionen y no simplemente promover su desaparición, sin darse cuenta de que esta propuesta impone un problema mayor, que es la reforma del Sistema de Integración Centroamericana en forma absoluta; y empezar de nuevo la historia traería a Guatemala y a la región centroamericana múltiples consecuencias negativas para el desarrollo institucional.


* Ex presidente de Guatemala

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