viernes, 16 de septiembre de 2011

La izquierda democrática (34): Los muchachos y los contras

Por Manolo Pichardo

Listín Diario 16/09/2011.-
En 1979 los hombres y mujeres que combatieron con las armas al somocismo, iniciaron desde el poder una serie de reformas políticas y sociales que en principio contó con el respaldo de amplios sectores de la sociedad que veían en la denominada Revolución Sandinista, la construcción de una democracia participativa e incluyente, pero que a medida que se fue consolidando y mostrando su independencia respecto a los tradicionales grupos económicos nacionales y extranjeros, comenzó a sufrir los embates de fuerzas que se organizaron con el financiamiento de éstos, para desestabilizarla.
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Así surgen las llamadas fuerzas contrarrevolucionarias que encontraron en el propio sandinismo parte de los hombres que la condujeron. Edén Pastora, que saltó a la opinión pública por su participación en una de las escaramuzas militares sandinistas de mayor alcance mediático, surgió como una figura que pretendió aglutinar el descontento, que no sólo agitaban y estimulaban sectores económicos y políticos, sino religiosos, todos bajo las orientaciones del gobierno estadounidense que encabezaba el presidente Ronald Reagan, que además les suministró dinero, armas y todo tipo de pertrechos militares que se combinaban con tecnología y asistencia en inteligencia.

Las fuerzas que enfrentaron al gobierno del FSLN, se les llamó “Los Contras”, y como dijo, al cumplir 3 años la Revolución Sandinista Max Nolff, un economista chileno que trabajó para la CEPAL, en un trabajo que tituló La vía crucis de la revolución sandinista: “La administración de Reagan ha alentado los esfuerzos para desquiciar la economía nicaragüense. Quiere seguir el ejemplo de Nixon y Kissinger cuando desestabilizaron la economía chilena después del triunfo del presidente Salvador Allende en las elecciones de 1970. Tres años de agresión económica desembocaron en un cruento golpe de Estado, con pérdidas de miles de vida y atropellos a los derechos humanos en el país”.

En todo el proceso que vivió Nicaragua, desde la guerra civil hasta la victoria de “Los Muchachos”, como solían llamarles a los revolucionarios, estuvo presente la parte caliente de la Guerra Fría, que terminó con el triunfo de Occidente y arrastró hacia el colapso a la mayoría de los países que, como el centroamericano, se protegían bajo la sombrilla de una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, que de la mano de Mijail Gorbachov sucumbió en el intento de renovar el sistema para hacerlo competitivo y transparente a través de la Perestroika y la Glasnost.

Así como el derrumbe de bloque socialista liderado por la URSS, sorprendió al mundo, aunque ya Juan Bosch en una serie de artículos publicados en Vanguardia del Pueblo, semanario del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, lo insinuó, la derrota electoral del FSLN en 1990 asombró incluso a Violeta Chamorro y la UNO, que ganaron las elecciones ese año.

Donde se habla de Juan Bosch, de nuestra lengua, y de la campaña electoral

Por Ángel Garrido

Espacial para UMBRAL


En el decenio de los ’70 del pasado siglo XX el gracejo de un humorista dominicano se ponía de manifiesto en la imitación del metal de voz, así como de la sencillez con que Juan Bosch se comunicaba con nuestro pueblo: “Dominicanos, cuando yo era chiquitico –y chiquitico quiere decir más chiquito que chiquito–“, acotaba a renglón seguido nuestro humorista.


Lo cuento porque aquella gracia ocurría para la época en que un compañero de la seccional del PLD en Puerto Rico coincidió en nuestro país con el grupo de escritores y poetas venidos desde muchos países a celebrar en Santo Domingo el septuagésimo cumpleaños de Juan Bosch: “Ya quisiera yo que hubieran visto ustedes cómo al hablar con aquellos escritores se olvidaba don Juan por completo de que ‘chiquitico quiere decir más chiquito que chiquito’”, nos relataba con entusiasmo de feria un compañero querido hasta hoy, y a un tiempo mismo digno de ser querido hasta siempre.
Eran el lenguaje usado y el contenido del mensaje una preocupación constante en la mente de nuestro fundador y líder histórico. Las consignas que usábamos en campaña tenían que ser concebidas en la lengua que hablamos, y elaboradas de tal manera que el pueblo las entendiera, las degustara, y las convalidara por tanto como buenas y válidas. El pueblo es un juez sabio porque actúa dirigido por la conciencia colectiva. No puede el ciudadano común expresar de manera teórica si una consigna ha sido o no concebida y expresada en romance, pero no se le queda en la memoria si la sintaxis es retorcida, y equívoco el mensaje.
A estas alturas de nuestro desarrollo político, también rechaza el pueblo las consignas elaboradas para enrostrarle faltas al adversario. Virtudes propias hemos de enarbolar en nuestras consignas. Virtudes expresadas en un español sencillo, en el cual chiquitico signifique más chiquito que chiquito: “¡Nos quedan obras por terminar: nuestra propuesta es continuar!”, nos aceptaría por ejemplo cualquier ciudadano que ve a su paso el grande esfuerzo que en ese sentido realiza el gobierno del PLD.
Los ciudadanos de la Línea Noroeste, del sur, del Cibao, del este que ven terminados y en uso sus modernos centros de estudios superiores que funcionan como extensiones provinciales de la histórica UASD, aceptarían de buen grado consignas que pusieran de manifiesto dicha realidad educativa: “¡Hostos y Juan Bosch las propusieron, sus discípulos las construyeron!” “¡Amarillo en el paraguas: 4 por ciento, el Metro y una guagua!”
La creencia tiene más peso que la incredulidad. La vista humana no es una medida, pero ve lo que es pequeño. La gente ve las obras del gobierno que encabeza el presidente Fernández, y se resiente de quien le dice que su vista lo engaña. Que ese moderno recinto universitario que ve en Barahona, en Higüey, en Santiago, en Mao, en otras capitales de provincia, no es en realidad una universidad sino un casino o un hipódromo. Que la nueva UASD, hasta con una estación del Metro en su vecindad, no va en camino de modernización. Que los casi 10 mil estudiantes dominicanos que se especializan en el extranjero no nos garantizan nuevos conocimientos para impulsar el desarrollo integral de nuestro país.
En el campo de la economía, siempre tan recurrente y sensible incluso a la perogrullada de que no se puede repartir con resultados positivos la miseria, que se hace imprescindible producir riqueza, y además producirla con la vista puesta en el futuro, puede nuestro gobierno ampararse en las cifras para defender la gestión del último cuatrienio, que por cierto ha coincidido con la peor crisis internacional de los últimos 75 años. Aún en ese marco tan sombrío ha crecido y crece nuestro producto interior bruto en varios dígitos con una inflación controlada: “¡Ni la crisis ni el ciclón, nos disparan la inflación!”
A tono con el ingente esfuerzo del gobierno del PLD por redistribuir la riqueza generada por nuestra economía: las tarjetas de Solidaridad, los planes de seguro médico y el bonogás: “¡Solidaridad, plan médico y bonogás: con el PLD asegurarás!”
Con un candidato presidencial que ha obtenido de su partido un mandato inequívoco y holgado; que no aplastante, porque no aplastamos a nadie; que no arrollador, porque tampoco arrollamos; pero sin duda irrefutable, cómodo, holgado. Con un candidato presidencial que ha alcanzado al expresarse la plenitud de la mesura, del comedimiento, del respeto a sus congéneres. Con un candidato presidencial graduado en economía, y que conoce desde dentro el manejo del Estado. Con esas sólidas e indiscutibles verdades a favor nuestro, no tenemos que insultar al adversario para ganar también con holgura, también con amplitud: “¡Danilo a Palacio, miren que habla claro y despacio!”
“¡Danilo presidente, por capaz y por decente!”
Un pueblo que entiende y convalida nuestro programa de gobierno: “¡El pueblo te sigue, por las metas que persigues!” “¡Que las rondas no son buenas: la primera, danilera!” “¡Más empleo, más salud, más educación: que cante el PLD, si ésa es la canción!”
Si desearan nuestros adversarios de hoy articular ellos también una campaña electoral sin insultos, sin agresiones, que el porvenir les depare en tiempo futuro obras que exhibir, almas que salvar.

sábado, 10 de septiembre de 2011

La izquierda democrática (33):El Sandinismo

Por Manolo Pichardo

Listín Diario 09/09/2011.-
Nicaragua se metió al concierto de gobiernos de izquierda que viene alcanzando el poder por la vía electoral, después de haberlo perdido a manos de Violeta Chamorro y la Unión Nacional Opositora en 1990, tras alcanzarlo en 1979 mediante la lucha armada que derrocó la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, iniciada en 1937 por su padre Anastasio Somoza García.
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El Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, protagonista de los dos triunfos de la izquierda nicaragüense, fue organizado por Carlos Fonseca Amador para continuar la lucha armada iniciada por Augusto César Sandino, el general que enfrentó la última intervención estadounidense en el país centroamericano, derrotándola según aceptan los propios interventores, pues en una placa de bronce que está en una de las paredes del llamado Salón Histórico del Pentágono, hay una inscripción que confirma dos derrotas militares, la primera, en 1933 en Nicaragua, y la segunda, en 1967 en Vietnam.

El “General de Hombres Libres”, como le llamó el intelectual francés Henri Bardusse, el hombre que asestó la primera derrota militar a los EE.UU., muere en un acto de traición urdido por el entonces jefe del Ejército Nacional de Nicaragua, de reciente formación, Anastasio Somoza García, quien diría que mandó a ejecutar a Sandino por órdenes de embajador estadounidense, Arthur Bliss Lane, aunque lo que está claro es que con el acto en que perdió la vida el héroe nicaragüense, quien articuló la urdimbre lo que procuraba era despejarse el camino para alzarse con el poder como lo haría dos años después.

Las luchas contra la dictadura de los Somoza, que se instaló con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, inició de manera pública cuando el estudiante Francisco Frixione, convirtió una manifestación estudiantil de solidaridad con los estudiantes de Guatemala que estaban siendo reprimidos por el dictador Jorge Ubico, en una actividad contra el régimen de Somoza García, al llamar en las calles a levantarse en lucha contra un hombre que para afianzarse en el poder transformó en un infierno la vida de sus opositores.

El FSLN se convirtió en el catalizador de los anhelos de un pueblo que deseaba la libertad, que necesitaba vivir en democracia, y con el apoyo de los ciudadanos y ciudadanas, que no solo sufrían de las privaciones que le imponía el régimen de fuerza, sino que vieron cómo se malversaron los recursos que llegaron al país tras el terremoto que en 1972 mató a más de 10 mil personas, avanzaron para poner fin a la dinastía de los Somoza, no sin contar, además, con las presiones que ejercieron algunos países contra el gobierno del hijo de quien asesinó al primer hombre en derrotar a los marines estadounidenses.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La izquierda democrática (32): Los retos de Humala

Por Manolo Pichardo


Listín Diario 27/08/2011.-
Humala encontró un Perú en crecimiento y tiene el reto de mantenerlo, para generar empleos de calidad y distribuir las riquezas con equidad, disponiendo de una mayor inversión en educación, salud y transporte, y poniendo mayor atención al tema de la vivienda y la seguridad social, elementos que harán que mejore la vida de los ciudadanos y ciudadanas como prometió desde que decidió aspirar a la presidencia abrazando posiciones progresistas. Seguir Leyendo...


Su discurso durante la última campaña electoral apuntó a llevar tranquilidad a los sectores productivos nacionales y los inversores, a acercarse a grupos que tradicionalmente le adversaron y que finalmente entendieron el mensaje de la alianza para fortalecer las instituciones democráticas y le manifestaron apoyo público. Entre las figuras que apostaron por el ex militar estaba el ex presidente Alejandro Toledo.

El Nobel Vargas Llosa, que hizo pronunciamientos públicos e incluso escribió artículos en respaldo a la candidatura de Humala antes de que lo hiciera Toledo, tuvo el cuidado de decir: “Sin alegría y con muchos temores yo voy a votar por Humala”. Posteriormente, en una actividad denominada “Compromiso en Defensa de la Democracia”, programada por personalidades de la vida pública e intelectual peruana para comprometerse con la candidatura del dirigente de izquierda, el autor de La casa verde manifestó: “Yo creo que este juramento y su plan de gobierno rectificado deberían desvanecer todas las dudas que aún persisten en quienes no han decidido su voto. Yo los exhorto a votar por Ollanta Humala para defender la democracia en el Perú y evitarnos el escarnio de una nueva dictadura”.

No defraudar a estos sectores ni frustrar a las masas populares que creyeron en él, se convierte en una tarea que encuentra camino en el crecimiento con desarrollo humano, senda que transitan otros que desafiaron la moda neoliberal y desempolvaron las utopías que guardaba en sus entrañas la propuesta social que muchos creyeron enterrar tras los martillazos que echaron abajo el muro de Berlín y desataron la glotonería del capital que comenzó a engullirse hasta la respiración de las mayorías.

Al tomar posesión como Presidente quedaron claros sus desafíos cuando habló de “la urgencia de reparar las injusticias, corregir el rumbo y restablecer el diálogo en nuestra sociedad”, y prometió establecer “una economía de mercado abierta al mundo” pero “con inclusión social” donde “el Estado será un promotor de la inversión y del desarrollo”.