jueves, 24 de abril de 2008

El tema de los precios


Por Manolo Pichardo
La FAO ha dicho que de no tomarse medidas globales para enfrentar los efectos del cambio climático, una hambruna azotará el planeta. Si esto ocurriese las convulsiones sociales estallarán y traerán como consecuencia crisis políticas que podrían poner en apuros a los gobiernos que no sepan enfrentar con eficiencia y creatividad el fenómeno que ya inició su asomo por Haití.


Pero la escasez de alimentos que se aprecia a nivel mundial no sólo llaga como consecuencia de la situación climática, está también el alto precio de los combustibles fósiles que impacta en todas las economías lo que ha llevado a los países a buscar alternativas energéticas renovables, poniendo énfasis en los derivados de ciertos productos agrícolas, que no se cultivan ya para alimentar a los seres humanos sino para mover las máquinas, y esto, por supuesto, agrava el problema de la escasez de alimentos. Entonces como lo que escasea se encarece, suben los precios de muchos artículos alimenticios de consumo masivo.
A esto se agrega el inflacionario precio del barril del petróleo que comienza a lastimar las economías de países grandes y pequeños. Y, como vivimos en un mundo interdependiente, interconectado y aldeano, la desaceleración de la economía de los EE.UU. derivada de la crisis inmobiliaria que aún no se resuelve, extiende sus efectos por todas partes. Por ello los economistas españoles atribuyeron la crisis en el sector construcción que sólo en el mes de enero dejó sin empleo a 137,000 trabajadores, al fenómeno que se produjo en el lejano continente americano.

Vistas así las cosas entendemos que los comerciantes dominicanos no son responsables del incremento de los precios aunque algunos inescrupulosos aprovechen la situación para ganar dinero a costa de los consumidores. En todo caso, lo que debe quedar claro es que en medio de una situación de emergencia global, el país no puede caer en manos de chapuceros que en medio de un entorno económico mundial favorable, han hecho de nuestra economía una estopa.

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