viernes, 4 de junio de 2010

Ana “Chivali”

Por Manolo Pichardo
Listín Diario 04/06/2010.-
El Pacaya había vomitado la infernal bilis roja que mató a desprevenidos y curiosos. Parte de la arenilla negra que nubló el cielo y arropó calles, autos, techos, y todo lo que la intemperie descuidaba, era recogida por autoridades y voluntarios.
La lluvia quiso estar presente en este hermoso y trágico espectáculo de fuego y lava. Vino de la mano de Ágata como para cobrar más muertes, pero como para dar respiro su ojo nos cercó en un campo apacible.
El día previo la nube volcánica provocó el cierre del aeropuerto de la ciudad de Guatemala y los diputados al PARLACEN que debían retornar a sus países planificaron su huída antes que las furiosas fuerzas del agua y los vientos de la tormenta iniciaran su azote.
Los del istmo lo hicieron por tierra, pero los de la patria de Duarte quedamos atrapados. Fue necesario desafiar los deslaves, los bloqueos en la carretera para llegar a El Salvador y allí tomar un avión de retorno a Santo Domingo.
Frente al hotel, poco antes de partir a la tierra de Farabundo, ya en el minibús dispuestos a desafiar la ira de la naturaleza que otros extranjeros respetaron, una joven indígena se nos acercó para ofrecernos turrones de ajonjolí, maní y otras semillas.
Su sonrisa amplia, plateada e ingenua; su adusta juventud y ojos alegres, el bebé oculto a sus espaldas, sus ademanes y lienzos quichés, me llevaron a posar junto a ella frente a la cámara de un Black- Berry. Tomada la foto le di papel y lapicero para que me anotara su nombre. Se apresuró a decirlo para revelar que no sabía escribir: Soy Ana “Chivali”. Como ella no lo escribió, yo uso las comillas porque bien puede escribirse Shibaly, Shibali o Chivaly, cuestión que no tiene la importancia que sí le di a su rico y fluido castellano, adornado de una dicción que quisieran tener muchos de nuestros periodistas y locutores que trabajan en los medios de comunicación electrónicos.
El minibús arrancó dejando su sonrisa atrás junto con la pobreza que mostraba en sus manos y que nos acompañó de pueblo en pueblo con dureza, porque en el recorrido siempre pisamos del lado de la brecha grande por donde las riquezas no pasan y la justicia social no llega. Tres días antes eurodiputados y diputados al PARLACEN, nos reunimos para hablar del EPA y las oportunidades que dará a la región para salir de la pobreza: La eterna discusión que no le da pan a “Chivali”.

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