viernes, 2 de julio de 2010

¿No habrá lloviznas?

Por Manolo Pichardo
Listín Diario 02/07/2010.-
No sé si fue una insinuación o una afirmación, el hecho es que María Rubiales, embajadora de Nicaragua ante las Naciones Unidas, planteó la posibilidad de que desaparezcan las lloviznas y, los “temporales”, definidos por ella como fuertes aguaceros y tormentas capaces de devastar poblaciones y causar daños materiales cuantiosos, además de cegar vidas con la violencia de sus acometidas aterradoras; serán más frecuentes.
Antes y después de ella otros expositores que hablaron en el marco de la celebración del seminario “Centroamérica ante el cambio climático”, celebrado por el Parlacen en Managua, los días 29 y30 de junio, se refirieron al tema de las precipitaciones, de las sequías, las plagas y enfermedades que van apareciendo en la medida que avanzamos hacia un cambio climático que trastorna el planeta sin que los grandes contaminadores hagan compromisos para frenar los modelos de desarrollo poco amigables con el medio ambiente y la vida.
Kioto y Bali han puesto al desnudo la falta de voluntad de los ricos, cuestión que se ha acentuado con la patente de corso dada en la ciudad nipona para pagar por contaminar, y en el encuentro de la isla Indonesia, porque aquello se pretendió manejar como un club de amigos que quiso imponer un acuerdo al resto de países agrupados en la ONU.
El programa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es incumplido por todos sin que sanciones corrijan el problema, y así, uno no logra saber si la ecuación “Bonos Verdes” está produciendo el efecto de compensación para reducir las emisiones o manteniendo el equilibrio para que el mal no avance.
El asunto es que, por el momento, vamos dando pasos para estar muy mojados o muy secos; no habrá términos medios, pues las altas temperaturas provocarán la evaporación del agua de los mares y océanos lo que llevará a cargar las nubes que luego la descargarán en tierra para anegar y desolar. Pero el calor que la evaporará de los mares y océanos lo hará con la que caiga en la tierra con mucha rapidez para secar el suelo como nunca antes.
El deshielo con el consecuente aumento del nivel del mar, se suma a las preocupaciones que llevan a estas discusiones a nivel de todo el planeta, porque resulta preocupante para poetas y mortales que desaparezcan las lloviznas o “jarinas”, y con ellas, los poemas construidos por las metáforas de la naturaleza.

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