lunes, 12 de julio de 2010

Raíces en las tinieblas


El amor es una luz
que echa raíces en las tinieblas
que mientras fabrica colores
y caminos tapizados de trébol
va rompiendo rocas
para succionar veneno

Suele asomar como feto grande
y transparente
palpitando vida y horizontes
construyendo estrellas y planetas

Luego maduran sus uñas dilatadas
y sus colmillos y sus fauces
entonces aquella vieja sustancia
de la muerte
alimentada más allá del lodo
entre gusanos húmedos y viscosos
asalta
con una lenta y sigilosa trampa
la piel que escondía
sueños detrás de una placenta
sobria e inocente

Y llaga la daga y corta y apuñala
y mata
sorprendiendo con un odio
repentino para cambiar los colores
por ceguera
y la sangre corre por los ríos ahogando peces
y los vientos resentidos
revientan mariposas

Y después de muerta la vida
procura matar la muerte
para no dejar cadáveres
ni despojos ni polvo
para no dejar recuerdos del aliento
para llevarse huesos y cabellos
y derrumbar las casas
con sus camas y espejos

El amor a veces
después de ser luz
es una mueca espantosa
una estopa mojada y podrida
o una cáscara seca que no se hidrata
por llevar en sus puntas
egoísmo veneno
manchas y traición.

Manolo Pichardo
Diciembre 30, 2008

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