martes, 26 de febrero de 2008

Shanghái como espejo de la marcha China


Shanghái, como capital económica de China sirve de escaparate para mostrar la prosperidad de aquel gigante que, junto a la India, devoran la materia prima que da respiro a algunos países del Tercer Mundo, a la vez que les agobian inundando los mercados que hasta hace poco servían de receptores a sus productos.

La prosperidad de la tierra que Mao Zedong llevó al comunismo tras la eliminación de la propiedad privada, debe su esplendor y ebullición económica al capital que fluye hacia ella a borbotones, tras las reformas impulsadas desde el 1979 por el pragmático Deng Xiao Ping.
El Partido Comunista que fomenta la propiedad privada y una economía de mercado sobre las estructuras de un esquema “socialista”, conduce al Gigante, con ropaje de país en vías de desarrollo, a la posición quinta entre los países industrializados, por ello casi todo el mundo apuesta a que en los próximos 20 años será la primera potencia del planeta, con la importancia geopolítica que hoy tienen los EE.UU.

Y Shanghái es, como he dicho, el gran exhibidor, el imán y la excitación, por esto se levantan imponentes 4 mil rascacielos y un montón de industrias siembran sus 6. 340 Km2; se desplazan hacia esa hirviente ciudad, capitales de todas partes que dejan desempleo en los países de donde escapan; corren desde el interior y hacia ella los campesinos que buscan mejorar sus condiciones de vida y, aunque estas migraciones son de una magnitud que no había visto la humanidad, los que llegan logran ocuparse, así pues, y para que se tenga una idea de lo que digo, en el 2003 llegaron a Sanghái 4 millones de emigrantes y el 97 por ciento consiguió empleo inmediatamente.

Esta espectacular carrera hacia el crecimiento hace que la China insular se vaya integrando a aquella maquinaria de producción de riquezas que, no sólo atrae capitales, sino que con ellos llegan los cerebros que necesita la sociedad para crecer con calidad y de manera sostenida, quién sabe por cuánto tiempo.

No hay comentarios: