martes, 26 de febrero de 2008

Un candidato estancado

Las cosas no andan bien para el candidato del PRD según las últimas mediciones realizadas entre diciembre y este mes de enero. Por ello, como el que se hunde en medio del mar y echa manos de un lápiz que boya, está recurriendo a los llamados “sondeos de opinión” que programan algunas emisoras de radio para presentarse como puntero en las preferencias del electorado, pretendiendo, con ello, mediante publicaciones en la prensa, tomarles el pelo a votantes que en un 54.5 por ciento han manifestado que votarán por el candidato del PLD.
Se sabe que algunos comandos de campaña instalan centros de llamadas para influir en los resultados de estos espectáculos, que sirven de caramelo a los que se han petrificado en una militancia, convirtiéndose con el tiempo en el voto duro que permite a los partidos respirar hasta en sus peores zafras. Así, por ejemplo, el partido blanco cuando llevó de candidato al ex presidente Hipólito Mejía, alcanzó el 33 por ciento de los votos después de éste encabezar el gobierno más desastroso que hayamos tenido durante toda la historia republicana.
En ese proceso se expresó el voto duro de esa organización. Lo difícil de entender es que, en la oposición y con un candidato que se supone no fue responsable directo de lo ocurrido, aquella duraza se desinfla para colocarse en un 31.2. %. Nadie imaginó que existiera un candidato peor que Mejía. Pero apareció éste, sin ángel, sin discurso, sin plan, sin orientación.
El líder del PPH era inepto igual que él, pero arrastraba el ángel que le daba su estampa campechana y su repentismo salpicado de gracia, que contrasta con el talante adusto y pedregoso de éste que, como aquel, no tiene idea de lo que es el Estado, que ignora de forma olímpica los temas que debe dominar un estadista para lograr un buen desempeño, que no tiene estatura para conducir los destinos de un país que debe continuar su camino al desarrollo, en medio de un mundo complejo que requiere de individuos instruidos e inteligentes, conectados a la sociedad que el conocimiento construye con nuevos peligros y desafíos.

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