sábado, 13 de diciembre de 2008

La conciencia global


Por Manuel Domínguez Moreno
Cambio 12/12/2008.-


El capitalismo ya estaba muerto mucho antes de que cayese Wall Street y de que Bush reconociese públicamente que se equivocó, que fue un gran error la guerra de Irak, que será la historia quien lo juzgue aunque él nunca haya aprendido nada de ella porque no es posible extraer ninguna enseñanza de aquello en lo que no se cree. La historia, para los que como él carecen de conciencia y pisotean la ética y la moral, es un arma arrojadiza en el tiempo que permite responsabilizar al pasado de los propios errores sin caer en la cuenta de que el futuro pondrá a cada uno en su sitio, si es que alguna vez hubo futuro. Debería repasar los textos de uno de los grandes de la literatura norteamericana, Henry James, que explica que la lucidez retrospectiva les llega a todos los seres humanos, por lo menos una vez, cuando interpretan el pasado a la luz del presente, con la razón que surge de los hechos, como señales indicadoras que aparecen en lugares donde nunca antes las habían visto. El viaje recorrido se representa gráficamente con todos sus pasos falsos, sus observaciones erróneas, su engañosa geografía. Cabría esperar que los seres humanos comprendiesen entonces muchas cosas, pero no sucede así. Por eso, tanta irresponsabilidad, tanta frivolidad y falta de conciencia, tanto crimen sin castigo pueden convertirse en culpa y quien hoy se despide como un hombre que se equivocó mañana es posible que tenga que responder penalmente por sus errores. Antes de reconocer una mentira deberíamos asegurarnos que no nos engañamos con otra. Fue Voltaire quien dijo que las falsedades no sólo se oponen a la verdad, sino que a menudo se contradicen entre sí. Nos disponemos a enterrar el capitalismo y el socialismo pero no hemos sustituido sus bases ideológicas por un nuevo pensamiento y, a fin de cuentas, tanto el socialismo como el capitalismo hunden sus raíces en un modelo de sociedad, tienen señas de identidad culturales y defienden una moral y un comportamiento ético. Si erraron y ya no sirven, no fue por su formulación teórica sino por la corrupción de hombres que se equivocaron al interpretarlos y manosearon el poder hasta ilegitimarlo. Es verdad que todas la cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo como supuso André Gide, para quien muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde. Ahora empezamos a comprender qué querían decir todos aquellos que nos hablaban de los efectos perversos de la globalización. Sin embargo, ahí está, imparable. No es posible negar un fenómeno que se manifiesta de forma tan contundente. Será necesario pues encauzarlo, darle forma, sostenerlo con ideas. Es la hora del multilateralismo, del equilibrio, de la sosteniblidad, del nuevo orden internacional, de repensar el mundo y formular las bases que nos permitan salir del atolladero y vislumbrar soluciones. Basta ya de buscar justificaciones y excusas en el pasado y de transferir responsabilidades al futuro. Cada vez que oigo hablar del desengaño ideológico de Greenspan me pongo a temblar. Porque la crisis es real, no un espejismo. Ahí está la frustración y el nihilismo. Todo lo que ha ocurrido no hace sino reflejar las contradicciones del sistema, su incapacidad y su agonía. Habrá que armar ideológicamente la revolución de las conciencias para no permitir que nadie vuelva a intentar nunca apropiarse de la historia porque, en palabras del chileno Roberto Bolaño, no se puede destruir lo que no se posee.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas,
¿ Qué entiende Ud por "si es que alguna vez hubo futuro" ?