sábado, 29 de mayo de 2010

Sigue el choque entre EE.UU. y Brasil por el acuerdo con Irán

Lula: “Apostamos a que el entendimiento haga callar las armas”
El Clarín 29/05/2010.-
La disputa entre Brasil y el Departamento de Estado sobrevoló el foro de las Naciones Unidas, bautizado no por casualidad como Alianza de Civilizaciones, que se realizó en Río de Janeiro. El anfitrión, Lula da Silva, insistió una vez más en que el mundo debe buscar una “solución negociada” con Irán para eliminar cualquier sesgo militar al desarrollo nuclear de ese país.
“Apostamos a que el entendimiento haga callar las armas” sostuvo y recordó que las “posiciones inflexibles sólo provocan confrontación y alejan la posibilidad de soluciones para la paz”. En el mismo barco que su colega brasileño, ya que es el otro firmante del pacto con Teherán, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan mencionó la duplicidad en la conducta de las grandes potencias.
Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad deberían “eliminar sus propios arsenales atómicos”, dijo el premier, para marcar lo que a su juicio es una contradicción: “y son ellos los que no quieren un arreglo pacífico, mientras países no nucleares como Brasil y Turquía buscan la salida”. El jueves, la secretaria de Estado Hillary Clinton había señalado que existían “graves desacuerdos” entre EE.UU. y Brasil por el tema Irán. Ayer, los medios brasileños, que distan de ser “lulistas”, indicaron que el acuerdo en el que intervinieron en forma decisiva el presidente brasileño y el premier turco, logró arrancar del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad y del ayatola Ali Jamenei, el líder espiritual y político del país persa, un compromiso que se ajusta al pie de la letra a las sugerencias, más parecidas en realidad a instrucciones, que el presidente norteamericano Barack Obama le transmitió a su colega de Brasil en una carta que llegó a Brasilia el 20 de abril último, es decir, dos semanas antes de la firma del pacto entre las tres naciones.
En esa misiva, Obama aludió a la reunión que había mantenido el 14 de abril con Lula y Erdogan, donde ambos presentaron su propuesta. Señalaba al respecto: “ Prometí responder detalladamente a sus ideas, reflexioné cuidadosamente sobre nuestra discusión y quiero …sugerir un camino para que podamos avanzar”. Señaló sus dudas: “Como discutimos, Irán parece estar siguiendo una estrategia proyectada para crear la impresión de flexibilidad sin que acuerde con las acciones capaces de generar confianza mutua”. El presidente norteamericano concluía que existe una solución de compromiso “potencialmente importante” y es la que “en noviembre (del año pasado) le transmitió la AIEA a Irán”. Esta consistía en que el régimen persa aceptara transferir 1.200 kilogramos de uranio levemente enriquecido a un tercer país. Específicamente, sostuvo Obama, se hablaba de Turquía como la nación que almacenaría el material sensible. En esa carta, el presidente estadounidense le señaló a Lula: “Instaría a Brasil a insistir con Irán en cuanto a la oportunidad de aceptar esa oferta de caución de uranio en Turquía”.
Tal como señaló la prensa de Brasil, en particular el columnista del diario Folha de Sao Paulo Clovis Rossi (Ver recuadro), Lula arrancó de Ahmadinejad y de Jamenei todas las exigencias que reclamó Obama. Eso explica, señalaron los medios brasileños, el estado de perplejidad que produjeron las declaraciones de Hillary.
Según Rossi, “la carta de Obama era específica y fuerte en la mención a Turquía” como país depositario del uranio iraní. “Eso fue lo que constó rigurosamente en el acuerdo con Teherán”. La partida está hoy en un terreno indefinido: Lula y Erdogan sintieron, estos días, que el papel que habían jugado en pro de una salida pacífica corre serios riesgos de naufragio. Por eso, ambos volvieron ayer a apelar a las grandes potencias para que eviten una nueva rueda de sanciones contra el régimen persa.

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