lunes, 23 de agosto de 2010

Foro de Sao Paulo: Veinte años de un camino destinado a demostrar que la historia no se terminaba

Por Carlos Romero
TIEMPO Argentino 22/08/2010.-
Nacido con la crisis por la caída del Muro de Berlín y a instancias del PT, este encuentro prueba el vigor de las ideas que lo sustentan.
Visto con la claridad que da el paso del tiempo –20 años, en este caso–, fue premonitorio que en 1990, mientras algunos apostaban al “fin de la historia”, en Latinoamérica naciera el Foro Social de San Pablo, una experiencia inédita por su pluralismo, que convocó a todas las fuerzas populares, progresistas y de izquierda de la región. Hoy, dos décadas después, con el neoliberalismo en crisis y la hegemonía norteamericana en baja, en su XVI edición el Foro se dio cita por primera en la Argentina para celebrar los logros obtenidos, advertir sobre los riegos latentes y evaluar pasos a seguir. También para recordar aquellos años en que unos decretaban la muerte de las ideologías, y otros, por estas tierras, tan golpeadas pero tan duras de quebrar, se unían para mantener la potencia transformadora de las ideas políticas y trazar un destino regional.
De aquel primer Foro celebrado en julio de 1990 en San Pablo y convocado por el Partido de los Trabajadores (PT), al que se acaba de realizar en la Argentina del 17 al 20 de agosto, los latinoamericanos vivieron cambios profundos. Cambios que en la última década se manifestaron en el ascenso al poder de expresiones progresistas que significaron una mejora en la calidad de vida, sobre todo de los excluidos, y que consolidaron la democracia al sur del Río Bravo. Esa “salud” tuvo una prueba con el último crack de la economía mundial, que pegó más fuerte en los Estados Unidos y Europa que en los países emergentes de la región, con la significativa excepción de México, que registra una continuidad en las políticas económicas de corte neoliberal.El camino recorrido por el Foro estuvo regado por las luchas armadas de emancipación, por los avances y retrocesos electorales, por la acumulación de fuerzas y la desintegración de proyectos, por la resistencia a la ola neoliberal y las conquistas presidenciales. En todos esos momentos, el Foro fue el gran espacio de reflexión estratégica para las izquierdas de la más variada raigambre.Repasar esa línea de tiempo donde se cruza un pasado tan duro y un presente más promisorio, fue una constante en las exposiciones que se escucharon a lo largo de cuatro días en los auditorios del Hotel Panamericano y el NH Tango.Para los 600 delegados de las 54 organizaciones, provenientes de 33 países, que aterrizaron en Buenos Aires, hablar de Latinoamérica y el Caribe es recordar la historia de las viejas batallas y perfilar las que están por venir. Desde el Foro inaugural, con un escenario marcado por la caída del muro de Berlín, el derrumbe de la Unión Soviética y el agrietamiento del campo socialista europeo, los partidos y movimientos convocados por el PT tenían en claro que en la unión estaba el destino. Para el Foro, el rumbo de integración enarbolado por José Martí y Simón Bolívar fue y es la reserva regional para resistir la avanzada del capitalismo neoliberal encabezada por los Estados Unidos. Varias veces los expositores recordaron que en los ’90, Washington fue implacable. Tomando a 1998 como punto de inflexión, hace más de una década que hay vientos de cambio en América Latina y que el progresismo logró mejorar la correlación de fuerzas. Por eso, los conceptos de este XVI Foro de San Pablo en Buenos Aires fueron “ampliar la unidad (…), profundizar los cambios, derrotar la contraofensiva de la derecha y consolidar la integración regional”.En el caso de la Argentina, 12 partidos son miembros del Foro –el número más alto, junto a Uruguay–, entre ellos, el Partido Comunista, el Frente Grande, el Partido Comunista Revolucionario, el Frente Transversal, el Movimiento Libres del Sur, el Partido Humanista y el Partido Socialista.Durante las ponencias resurgieron nombres como los del salvadoreño Schafick Jorge Handal Handal, del Frente Faribundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), quien falleciera recientemente y cuyo hijo fue uno de los expositores en Buenos Aires; el de Fidel Castro, el Che Guevara y la Cuba revolucionaria, que supo ser un solitario faro en los momentos más difíciles del socialismo; y el del incansable Tomás Borge, quien acaba de cumplir 80 años y es el único sobreviviente de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Esos nombres y procesos, que forman parte del bronce de la luchas populares, se cruzaron en el Foro con la experiencia única de Evo Morales en Bolivia, los profundos cambios que vive Venezuela desde que Hugo Chávez llegó a Miraflores, la reelección de Rafael Correa en Ecuador y el triunfo presidencial del FMLN en el Salvador, el arribo del Pepe Mujica en Uruguay y la consolidación de procesos como los del poderoso PT de Lula Da Silva y del kirchnerismo en la Argentina; después de que todos estos países, en mayor o menor medida, hayan sido los tubos de ensayo del liberalismo más rabioso.En los días en que desplegó su actividad, el Foro fue también protagonista de la política local. El martes 17, fueron recibidos por el vice canciller argentino, Alberto D’Alotto, quien destacó “la importancia de la integración regional y el fortalecimiento de las instituciones como el Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas” (Unasur). Luego de la apertura formal y el comienzo de las ponencias, el jueves una delegación se reunió por 40 minutos con la presidenta Cristina Fernández, quien remarcó “el hilo conductor” que liga a distintos gobiernos de la región, llamó a “mantener la cabeza abierta” y a fortalecer los organismos supranacionales. Y el mismo día del cierre, el viernes 20, varios delegados participaron de un acto con el secretario general de la Unasur, Néstor Kirchner, quien pidió lograr acuerdos “que permitirán construir la patria grande con la que soñamos” y continuar con la defensa de los intereses americanistas. Al igual que en la anteriores actividades con representantes argentinos, Kirchner renovó el apoyo incondicional al presidente hondureño Manuel Zelaya, desplazado por un golpe de Estado el 28 de junio de 2009. También para el Foro el respaldo a Zelaya es clave: entiende que Honduras es una muestra palmaria de la contraofensiva que ya despliega la derecha. Del mismo lado del tablero se ubicó al Plan Colombia y el fomento del conflicto con Venezuela, la imposición el año pasado de un candidato de derecha en Panamá y la victoria de Sebastián Piñera en Chile, que significó el fin de cuatro años de Concertación y el retorno de los sectores de raíz pinochetista.En igual sentido, el Foro destacó el peso que en el futuro de la correlación de fuerzas tendrá el papel de la izquierda en las urnas: en septiembre hay comicios legislativos en Venezuela y en octubre Brasil elegirá al sucesor de Lula. Y en 2011, además de en Argentina, se vota en Perú, Guatemala y Nicaragua.En su declaración final, el Foro señaló que su éxito no reside en haber logrado todos sus objetivos –“aún estamos lejos de esto”, remarcó– “sino porque escogimos un camino que nos está llevando a construir un cambio de época”. Un mensaje de esperanza en tiempos en que la región parece asomarse a una nueva bisagra en su historia, de esas que nuestros pueblos enfrentan a diario.

No hay comentarios: