lunes, 17 de enero de 2011

UN JUSTO RECLAMO PARA LA EDUCACION

Por Víctor Tirado
Especial para UMBRAL
Conocí a Leonel Fernández a mediados de los años 70 en Sabana de la Mar durante una conferencia sobre la situación política del país, a la cual el joven político había sido invitado por el grupo cultural Realidad Nacional, en medio de la celebración de la tradicional semana de la cultura que llevaba todos los años como charlistas al municipio costero a profesionales y académicos de varias instituciones, sobre todo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Recuerdo con alegría que la juventud sabanalamarina se deleitaba con entusiasmo y formaba su conciencia social con las magistrales conferencias que impartían profesores de la talla de Leonel Fernández, el desaparecido por la intolerancia balaguerista Narciso González, Vicente Bengoa, Max Puig, Monseñor Juan Félix Pepén, Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio y otros intelectuales que en la época eran o se perfilaban como futuros líderes del país. De todos ellos se puede decir, sin temor a equivocación, que han contribuido significativamente al proceso de formación humana integral de varias generaciones de dominicanos y dominicanas. Sus vocaciones les han guiado por senderos distintos pero seguros, y la contribución ha sido amplia en favor de la educación de la República Dominicana
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Antes de que Leonel Fernández fuera presentado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como su candidato presidencial para las elecciones de 1996, ya era conocido en los sectores estudiantiles del país como catedrático de la UASD y como conferencista, al haber sido invitado por la mayoría de las asociaciones de estudiantes de nuestros municipios a dictar charlas sobre la problemática nacional e internacional, en todos los eventos organizados por los clubes culturales y otras entidades educativas del interior del país y de la capital.

Ese esfuerzo gratuito que Leonel Fernández hacía casi todas las semanas en los municipios del país se debía a su incuestionable vocación de servicio. No solo cultivada en el seno de su hogar materno sino también al lado del dominicano que más ha contribuido a la educación política del país, el profesor Juan Bosch. Quiere decir entonces que el presidente Fernández viene desde hace muchos años con paragua amarillo, no solo reclamando una mayor inversión en educación sino dando ejemplo y siendo el presidente que más infraestructuras, ejecuciones de proyectos y programas educativos, laboratorios de informática, centros tecnológicos, extensiones universitarias, útiles escolares, estudiantes de escasos recursos enviados a realizar postgrados al exterior, conferencias magistrales en áreas de la comunicación, la ciencia y la tecnología, y desarrollo del conocimiento para el bienestar de la República Dominicana. Es decir, el gobernante que mayores presupuestos ha procurado para la educación. Un ejemplo que le ha merecido el reconocimiento de la juventud dominicana y de grandes instituciones académicas nacionales e internacionales. Sin que con ello se le haya visto apartarse de su sencillez, valor muy destacado de su calidad humana.
Durante su primer gobierno 1996-2000, se realizaron grandes esfuerzos por fortalecer en el país la educación inicial, básica y media. Era una tarea urgente para garantizar la reducción de los niveles de deserción escolar y sentar las bases para lograr que los niveles de escolaridad aumentaran. Es por ello que ahora vemos el aumento del nivel de escolaridad de estudiantes de educación superior en edades que oscilan entre los 18 y los 24 años. Para 1990 sólo se habían inscrito alrededor de 102,069 estudiantes, mientras que para el 2005 las estadísticas registran 322,311, lo que significa que los esfuerzos educativos de ese primer gobierno del PLD, encabezado por Leonel Fernández, valieron la pena, puesto que triplicaron la escolaridad del sector y la llevaron a un 25.8% en relación a la matrícula total del nivel superior. Y aunque aún no hemos podido llegar a los niveles que se merece y a los cuales aspira nuestra sociedad, hay que reconocer que hemos logrado importantes avances. Uno de ellos es el que tiene que ver con el incremento significativo de becas internacionales a estudiantes meritorios de escasos recursos, que solo del 2005 al 2009 se han beneficiado unos 4,556, con becas para prestigiosas universidades e institutos del exterior. Otro muy importante tiene que ver con la puesta en marcha desde el 2005 del Foro Presidencial por la Excelencia de la Educación Dominicana. Además, el desarrollo de múltiples programas de alfabetización de jóvenes y adultos, el Programa de Reconocimiento al Mérito Estudiantil y Magisterial, los Programas de Alimentación, los Programas de Capacitación de las TICs en los niveles Inicial, Básico y Medio, para los cuales se ha sembrado al país de Centros Tecnológicos con Laboratorios de Computadoras; así como el Programa de Formación Docente Afectivo-Efectivo que promueve la educación en valores y la correcta utilización de los lenguajes verbales y no verbales en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Cuando un ciudadano dominicano expresa estas apologías sobre el presidente y nuestro gobierno, la oposición de unos y la mezquindad de otros obnubila conciencias y provoca críticas y subjetividades que suelen tender a menospreciar el trabajo y el ejemplo realizado por largos años. Sin embargo, aunque mis argumentos parezcan reeleccionistas, y confieso que lo soy de lo bueno; alguien tiene que decir estas verdades para que la población no se deje confundir por los que se aprovechan de la buena fe de gente sana y dispuesta a unirse en justo reclamo.
Estamos por tanto de acuerdo con el aumento que contempla la ley y reclama la población para la educación; pero debemos decir además que Juan Bosch y Leonel Fernández han sido los dominicanos que más esfuerzos han realizado por la educación de nuestro país. Una tarea que es a diario secundada por el ministro Melanio Paredes, quien conoce la problemática porque ha echado sus canas en las aulas del país y ha aprendido junto a los maestros que sin recursos poco se puede aprender a conocer ni a vivir ni a ser, mucho menos se puede hacer nada. El presidente Fernández, el ministro Melanio y los sectores progresistas de todo el país, incluyendo a los precandidatos presidenciales con buenas intenciones, anhelan para educación mucho más del 7%. La República Dominicana no debe, sobre todo a partir de ahora, dejarse arrastrar por los pescadores en rio revuelto que cuando les ha tocado gobernar no han aportado nada y al contrario han hecho retroceder a todos los sectores del país, incluyendo al de la educación. Un retroceso que no se repetirá mientras Leonel sea el presidente, Melanio el Ministro de Educación, Doña Ligia la Ministra de Educación Superior, Josefina Pimentel la directora de Infotec, y por supuesto mientras el PLD dirija el gobierno.

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