Espacial para UMBRAL
Los dirigentes, los miembros militantes y los nuevos miembros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) están llamados a reflexionar profundamente sobre la importancia que tiene la moderación, la cautela, la sensatez y el buen juicio, a la hora de proceder a la escogencia del candidato presidencial de cara a las elecciones generales del 20 de mayo del año 2012. Todos tenemos que recurrir a una de las principales virtudes que adornan el comportamiento personal y social de los seres humanos, la prudencia. De manera que, como es de esperarse, demos el ejemplo ante todo el país y ante la comunidad internacional, como auténticos discípulos del maestro Juan Bosch y compañeros de quien ha demostrado respeto y coherencia en la manera de ser y de actuar frente a los demás, el presidente Leonel Fernández.
No cabe duda de que los intereses, las pasiones y los intentos desestabilizadores de la oposición intentarán interponerse con el fin de erosionar la unidad necesaria que nos permitirá volver a triunfar. Y menos dudas caben aún ante la gran verdad de que el PLD está obligado a retener el poder ejecutivo más allá del 2012. Por esa poderosa razón todos sabemos que no debemos escatimar esfuerzos en mantener la imprescindible unidad partidaria y el buen juicio a la hora de escoger candidato presidencial. El Partido de la Liberación Dominicana conoce muy bien a sus dirigentes y está llamado a interpretar correctamente la señal de su líder. El presidente conoce al dedillo a su partido y sabe muy bien cómo piensa y como suele reaccionar el pueblo dominicano. Sabe qué ha hecho su gobierno, las tareas pendientes y las carencias de la administración que encabeza. Sabe sobre todo que el país no puede caer en manos del desorden ni de la ineptitud y que ese caos podría venir en el caso hipotético de que gane el principal partido de oposición.
Antes de escoger nuestro candidato debemos comprometernos con el respeto a nuestros dirigentes, a nuestros compañeros y compañeras, a las personas que comparten nuestros criterios políticos y a aquellos que piensan diferente. He ahí la clave para ganar. Saber sobre todo que tenemos gente suficiente, votos suficientes, capacidades suficientes y un partido lo suficientemente fuerte como para superar todas la dificultades internas y externas ante el objetivo principal de otra victoria en el 2012.
El PLD entiende y acepta el derecho legítimo de todos los candidatos que internamente aspiran de manera formal, a la presidencia de la República, y a todos ellos les exige prudencia. El Partido, base incuestionable de sustentación política de todos sus miembros, busca el respeto absoluto a los valores y principios que le dieron origen y les exige que tengan bien claro el proyecto de nación concebido por el líder que no ha perdido ninguna de las elecciones en que ha participado, para ser ejecutado en el país. Un proyecto que como bien ha afirmado él mismo, busca en el plano político, el fortalecimiento de un Estado Social de Derecho que implique instituciones fuertes, recursos humanos bien formados, libertad, justicia, transparencia y eficiencia. En el orden económico que siga procurando la modernidad y el progreso con un carácter incluyente. Y desde el punto de vista social que siga aumentando la calidad de vida de los dominicanos y las dominicanas, para que tengan una mejor nutrición, salud, seguridad social, vivienda, transporte, educación, servicios públicos en general; al tiempo que el país pueda lograr una mejor inserción internacional y ocupe posiciones de liderazgo en los foros internacionales. En fin, que todos tengamos bien presente que el país no puede retroceder sino seguir avanzando en la promoción del conocimiento, de la tecnología y de la innovación como fuentes del desarrollo.
Durante la campaña electoral que se avecina, el Parido de la Liberación Dominicana tiene que seguir asumiendo el compromiso de modernidad. Está obligado a exigir a sus miembros y simpatizantes que eleven el nivel del debate político, que lo mantengan en el plano del planteamiento claro y la defensa firme de la ideas, que el valor del respeto sea lo único que se imponga en el comportamiento vivido en cada escenario para el diálogo productivo. Ahora es tiempo de decidir con determinación y buena voluntad a favor de un cambio definitivamente positivo en la manera de ejecutar los programas de la campaña electoral interna y de todo el país. Todo ello con el objetivo de evitar que ningún ciudadano pierda la vida ejerciendo el derecho ineludible de defender libremente sus ideas democráticas. Ojalá que esta vez logremos este sano y significativo propósito para que sólo la alegría llegue permanentemente al seno de los hogares dominicanos. Y ese ejemplo podemos darlo dentro y fuera del partido. Porque aunque sea verdad que los dominicanos llevamos la política en la sangre y con frecuencia llevamos el debate de las ideas más allá de los límites de la prudencia, también es cierto que somos inteligentes y que tomamos muy en serio el valor de la amistad; por tanto cabe ahora establecer las reglas fundamentales que regularán la campaña electoral e intentarán evitar los enfrentamientos estériles promovidos por el fanatismo, el desorden y la sinrazón. Durante la próxima campaña no debe morir ningún dominicano, porque al final todos debemos estar presentes para celebrar otra victoria del PLD que será promovida por el presidente Leonel Fernández y llevará a la presidencia a un peledeísta ejemplar.
Antes de escoger nuestro candidato debemos comprometernos con el respeto a nuestros dirigentes, a nuestros compañeros y compañeras, a las personas que comparten nuestros criterios políticos y a aquellos que piensan diferente. He ahí la clave para ganar. Saber sobre todo que tenemos gente suficiente, votos suficientes, capacidades suficientes y un partido lo suficientemente fuerte como para superar todas la dificultades internas y externas ante el objetivo principal de otra victoria en el 2012.
El PLD entiende y acepta el derecho legítimo de todos los candidatos que internamente aspiran de manera formal, a la presidencia de la República, y a todos ellos les exige prudencia. El Partido, base incuestionable de sustentación política de todos sus miembros, busca el respeto absoluto a los valores y principios que le dieron origen y les exige que tengan bien claro el proyecto de nación concebido por el líder que no ha perdido ninguna de las elecciones en que ha participado, para ser ejecutado en el país. Un proyecto que como bien ha afirmado él mismo, busca en el plano político, el fortalecimiento de un Estado Social de Derecho que implique instituciones fuertes, recursos humanos bien formados, libertad, justicia, transparencia y eficiencia. En el orden económico que siga procurando la modernidad y el progreso con un carácter incluyente. Y desde el punto de vista social que siga aumentando la calidad de vida de los dominicanos y las dominicanas, para que tengan una mejor nutrición, salud, seguridad social, vivienda, transporte, educación, servicios públicos en general; al tiempo que el país pueda lograr una mejor inserción internacional y ocupe posiciones de liderazgo en los foros internacionales. En fin, que todos tengamos bien presente que el país no puede retroceder sino seguir avanzando en la promoción del conocimiento, de la tecnología y de la innovación como fuentes del desarrollo.
Durante la campaña electoral que se avecina, el Parido de la Liberación Dominicana tiene que seguir asumiendo el compromiso de modernidad. Está obligado a exigir a sus miembros y simpatizantes que eleven el nivel del debate político, que lo mantengan en el plano del planteamiento claro y la defensa firme de la ideas, que el valor del respeto sea lo único que se imponga en el comportamiento vivido en cada escenario para el diálogo productivo. Ahora es tiempo de decidir con determinación y buena voluntad a favor de un cambio definitivamente positivo en la manera de ejecutar los programas de la campaña electoral interna y de todo el país. Todo ello con el objetivo de evitar que ningún ciudadano pierda la vida ejerciendo el derecho ineludible de defender libremente sus ideas democráticas. Ojalá que esta vez logremos este sano y significativo propósito para que sólo la alegría llegue permanentemente al seno de los hogares dominicanos. Y ese ejemplo podemos darlo dentro y fuera del partido. Porque aunque sea verdad que los dominicanos llevamos la política en la sangre y con frecuencia llevamos el debate de las ideas más allá de los límites de la prudencia, también es cierto que somos inteligentes y que tomamos muy en serio el valor de la amistad; por tanto cabe ahora establecer las reglas fundamentales que regularán la campaña electoral e intentarán evitar los enfrentamientos estériles promovidos por el fanatismo, el desorden y la sinrazón. Durante la próxima campaña no debe morir ningún dominicano, porque al final todos debemos estar presentes para celebrar otra victoria del PLD que será promovida por el presidente Leonel Fernández y llevará a la presidencia a un peledeísta ejemplar.
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