sábado, 12 de septiembre de 2009

La izquierda: balance y respuestas

Por César Pérez
Hoy 12/09/09.-
La izquierda dominicana, como la de otros países, si quiere ser efectiva políticamente debe dar respuesta a muchos temas políticos que la nueva realidad les plantea y al mismo tiempo tomar posición definitiva sobre muchos supuestos teóricos que de hecho, muchos de sus componentes ya han descartado.
Esos supuestos fueron esencialmente los siguientes: el proceso de acumulación del capitalismo se desarrolla en medio de una contradicción entre sus fuerzas productivas y las relaciones de producción en que este se desenvuelve. Esta contradicción, dinámica que impulsa el desarrollo de la humanidad, terminaría con el colapso de ese sistema de manera ineluctable.
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La fuerza social fundamental que produciría ese colapso la encarnaría la clase obrera, organizada como sujeto revolucionario en un partido (solución leninista al problema político del cambio social), el cual instauraría la dictadura del proletariado, forma política que adquiría el nuevo estado de la clase obrera con absoluto control del proceso productivo, iniciándose el socialismo como fase previa hacia una sociedad sin clases y sin Estado: el comunismo, el cual no era posible construir en un solo país, sino a nivel mundial.
Sobre esas premisas se instauran los modelos socialistas que han colapsado completa y parcialmente y los que tomaron la ruta del capitalismo con “dictadura del proletariado”. En general, con esos supuestos se creó la identidad del movimiento de izquierda a nivel internacional que se asumía como marxistas revolucionarios, contrarios a la llamada corriente reformista.
Esos supuestos, como ese modelo de sociedad, fueron básicamente del bolchevismo ruso, no del socialismo en su acepción más amplia, pues el socialismo es una corriente del pensamiento social de la cual forman parte muchas vertientes, entre las que se destacan la social democracia.
La revolución bolchevique, en sentido general, ha sido el marco referencial de la izquierda revolucionaria, a pesar de que se ha demostrado que la clase obrera no solamente no constituye única la fuerza impulsora del para el cambio del sistema, sino que en los países desarrollados, además de minoritaria, tiene tendencia hacia el conservadurismo más recalcitrante, que la dictadura del proletariado del partido único constituye una obsolescencia y una fuente de abuso contra toda opinión, sea esta contra o pro socialista y que no se puede negar que el mercado constituye un elemento insoslayable para la dinámica económica de la sociedad.
En tal sentido, la izquierda tiene que dar respuesta a la pregunta sobre si es posible constituirse en una hegemonía política integrada por diversos grupos y clases sociales, entre los que se destaquen trabajadores de todo tipo y productores con sus mercados, capaces de construir una sociedad donde se establezca de manera sustantiva el principio de igualdad de oportunidades con pluralismo político y económico.
Esa respuesta implica, necesariamente, pasar balance crítico y definitivo a los supuestos que le dieron su especificidad e impuso hacia la acción. Implica, por lo tanto, iniciar un proceso de una nueva identidad, de un reconocimiento de los grandes cambios la realidad del mundo de hoy, el cual no puede ser visto con sus viejas anteojeras.

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