Los líderes del G20 prometieron en Seúl evitar "devaluaciones competitivas" que afectan al comercio mundial y "fortalecer la cooperación multilateral", en un intento por frenar la guerra de divisas que opone principalmente a Estados Unidos y China.
En su Plan de Acción de Seúl, incluido en el comunicado final del encuentro de potencias desarrolladas y emergentes que se inauguró el pasado jueves, el G20 señaló que se moverá "hacia un sistema de tasas de cambio más determinado por el mercado" y que sus países se "abstendrán de devaluaciones competitivas de monedas".
"Las economías avanzadas, incluyendo aquellas con monedas de reserva, seguirán vigilando la volatilidad excesiva y los movimientos desordenados de las tasas de cambio. Estas acciones ayudarán a mitigar el riesgo de excesiva volatilidad en los flujos de capital que enfrentan algunos países emergentes", indicó el texto.
Los países latinoamericanos, con Brasil a la cabeza, hicieron vehementes llamados para evitar medidas unilaterales en las economías centrales que provoquen flujos descontrolados de capitales hacia los países en desarrollo, pues la llegada masiva de divisas sobrevalúa sus monedas y conlleva el riesgo de provocar burbujas especulativas.
"No existen más decisiones unilaterales en la economía mundial" ya que se debe considerar "las repercusiones en las otras economías", dijo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva a los otros líderes del G20 en una reunión a puertas cerradas, según el audio de su alocución al que tuvo acceso AFP.
"Es importante que el G20 de aquí en adelante (...) asuma la responsabilidad de coordinar mejor las acciones unilaterales de los países importantes", añadió.
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