viernes, 5 de noviembre de 2010

Hubo en EU rechazo al statu quo, no espaldarazo a los republicanos

Por David Brooks
jornada.unam.mx 04-11-2010
A pesar de las apariencias, el electorado estadunidense no dio un giro a la derecha en las elecciones intermedias, sino que expresó su repudio al manejo del país por la cúpula política y su desaprobación a demócratas y republicanos.
Una minoría de votantes (aproximadamente 40 por ciento) acudió a las urnas; los sectores de mayor edad y conservadores otorgaron un triunfo a los republicanos, mientras que las bases más jóvenes y de color, que fueron claves en los triunfos del presidente Barack Obama y los demócratas, participaron en índices muy reducidos. Esto resultó en que los republicanos lograron cosechar un triunfo electoral con base en este desencanto generalizado.
Los republicanos conquistaron el control de la Cámara de Representantes al añadir por lo menos 60 escaños más (el triunfo numérico más grande desde 1948), elevaron su número en el Senado en seis más (no alcanzaran los 10 que necesitaban para obtener la mayoría), y obtuvieron el control de por lo menos ocho gubernaturas más (ahora tendrán la mayoría de las 50 gubernaturas). Aún están pendientes los resultados en algunas contiendas en varios puntos del país, por lo que no hay totales finales. La elección también logró establecer un nuevo récord como la intermedia más cara en la historia del país.
Los resultados de última hora son: para la cámara baja 239 republicanos y 185 demócratas (se requiere por lo menos 218 para ser mayoría), 11 aún no están definidos; en el Senado 52 demócratas contra 46 republicanos y dos por determinarse; y 29 gubernaturas republicanas por 15 demócratas, una de un independiente, y cinco por determinarse.
El presidente Barack Obama declaró hoy que los votantes han expresado gran frustración debido a que no hemos logrado avanzar lo suficiente en la economía. Agregó que el mensaje del electorado es que se necesita más trabajo conjunto, tenemos que buscar terreno común, aunque reconoció que no será fácil. En conferencia de prensa en la Casa Blanca reconoció las dimensiones de la derrota, pero insistió en defender sus logros, al reiterar que se evitó una segunda Gran Depresión y se estabilizó la economía, aunque admitió que hay gente en Estados Unidos que no ha sentido ese progreso. En una especie de mea culpa, Obama declaró en este contexto: creo que tengo que asumir la responsabilidad directa, por el hecho de que no hemos logrado el progreso que se requiere.
El representante John Boehner, próximo presidente de la cámara baja, y el senador Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado, declararon hoy que están dispuestos a trabajar con Obama, siempre y cuando el presidente se apegue a lo que insistieron fue el mensaje del pueblo: reducir el gasto y el tamaño del gobierno, reducir impuestos y revertir parte de la reforma de salud, entre otras cosas. Estamos determinados a frenar la agenda que los estadunidenses han rechazado. Trabajaremos con la administración cuando estén de acuerdo con el pueblo, y los confrontaremos cuando no, afirmó McConnell.
Pero según las encuestas a boca de urna, los votantes no expresaron ninguna preferencia de un partido sobre otro. De hecho, la mayoría reprobó a ambos con una opinión desfavorable casi igual (entre 52 y 53) hacia republicanos y demócratas.
El Pew Research Center concluyó al analizar estos sondeos, que “el resultado de la elección de este año representó un repudio al statu quo, en lugar de un voto de confianza al Partido Republicano o una afirmación de apoyo a sus políticas”.
La elección fue determinada por un incremento de participación de votantes conservadores blancos, sobre todo los de mayor edad (de 32 por ciento en las pasadas intermedias de 2006, a 41 por ciento este año), junto con más votantes independientes que votaron a favor de los republicanos que en los últimos dos ciclos electorales. Un 23 por ciento del voto fue de mayores de 65 años (en 2008 sólo fueron 16 por ciento del voto total). Los blancos fueron 78 por ciento del voto, comparado con 74 por ciento en 2008.
A la vez, con una mayoría de votantes que desaprueba la gestión de Obama y preocupados de que sus políticas no ayudarán al país a largo plazo, y un pronunciado nivel de desencanto de que no se ha realizado el cambio que prometió, la base electoral que lo llevó a la Casa Blanca y consolidó el control demócrata del Congreso se fragmentó este año.
Los jóvenes, votantes de entre 18 y 29 años, sólo fueron 11 por ciento de los participantes este año, un desplome de 18 por ciento que participó en 2008 –y que fueron un factor clave en el triunfo de Obama–, lo que marca el nivel más bajo en dos décadas. Otros sectores claves que redujeron su participación fueron los latinos, que representaron 8 por ciento de voto emitido (en 2008 fue 9 por ciento), y los afroestadunidenses que en esta ocasión llegó a sólo 10 por ciento del total comparado con el 13 por ciento hace dos años).
Los políticos de ambos lados continuarán con su afirmación de que representan la voluntad del pueblo, competencia que durará de aquí hasta la contienda presidencia de 2012. Los dos partidos disputarán quién es el mensajero del pueblo y representa sus mejores intereses, pero en los sondeos del día electoral, como en encuestas de estas últimas semanas, no se expresó una preferencia por los políticos ni por políticas en particular. De hecho, el único mensaje popular registrado fue que la economía es la mayor preocupación y que una abrumadora mayoría desaprueba al Congreso y a la cúpula política en general.
En suma, no hay un mensaje coherente más allá de un hartazgo y falta de confianza en el gobierno, del partido que sea, y tampoco hubo consenso sobre qué dirección o políticas se favorecen.
Pero el hecho que los republicanos, y dentro de ellos, el nuevo poder del movimiento ultraconservador Tea Party, hayan triunfado electoralmente, sí tendrá implicaciones severas en este país. Y ya hay consecuencias. Hoy, Obama descartó su iniciativa para reducir los gases que contribuyen al calentamiento climático. Se espera que habrá más concesiones en los próximos días, como en torno a los impuestos sobre los más ricos del país. Y los republicanos ya han anunciado que buscarán desmantelar en todo lo posible la reforma de salud promulgada por Obama.
Éxito en debate sobre mariguana
Aunque la Proposición 19 en California, iniciativa para legalizar la mariguana, fue derrotada, sus promotores calificaron como un éxito el hecho de que ganó un 46 por ciento del voto, el nivel más alto para cualquier iniciativa estatal para la legalización hasta la fecha. Ethan Nadelmann, director del Drug Policy Alliance y uno de los principales estrategas de estas iniciativas, declaró hoy que sólo el hecho de que se realizó un voto sobre esta medida es un triunfo, ya que con ello elevó y legitimó el debate nacional sobre la legalización. Los promotores subrayaron que esto sólo marca el inicio de un mayor esfuerzo para promover el fin de las políticas de prohibición en varias partes de Estados Unidos.

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